Se suele repetir que el futuro de la abogacía está ligado a la tecnología. Pero la realidad es que este futuro ya es presente: al igual que en otros ámbitos, la transformación digital y la automatización están desembarcando ya en los despachos de abogados. Como profesionales, no hay que ver en este cambio una sustitución del perfil tradicional, sino una oportunidad de mejorar los procesos, ofrecer un servicio más completo a los clientes y destacar entre la competencia.
Del mismo modo que el Excel no ha sustituido a los contables —al contrario, ha facilitado y mejorado su labor—, la tecnología no sustituirá al profesional jurídico. Mejorará su empleo e impulsará el negocio y éxito de su bufete en un entorno cada vez más competitivo. Si sumamos las habilidades humanas y las oportunidades de mejora que ofrece la tecnología, el resultado es un proceso menos complejo y un resultado más eficaz. El éxito de cualquier sector está en saber encajar adecuadamente los valores que cada parte puede ofrecer.
Esta fórmula también sirve de aplicación en el sector legal. El profesional jurídico no tendrá que aprender a programar, basta con pasar de una mentalidad analógica a una digital. Marta Baylina, coordinadora por parte de Esade en el Certificado Profesional en Legal Tech que imparte MIT Professional Education (EE. UU.) en colaboración con la law school española, asegura que “la transformación digital que están experimentando los clientes del mercado legal son los que están empujando a los profesionales a formarse en nuevas tecnologías. El cliente ya no busca solo un buen abogado, quiere también un mejor servicio: más rápido, barato y transparente. Es por ello que una buena estrategia de Legal Tech se ha convertido en una importante ventaja en un sector altamente competitivo”.
Clara Piloto, experta en desarrollo empresarial y directora de Global Programs de MIT Professional Education, apunta en esta misma dirección: “Cuanto antes se modernicen las operaciones y se utilicen tecnologías como el cloud o la inteligencia artificial, más destacará un despacho de abogados entre la competencia. Incluso será capaz de transformar bufetes clásicos en despachos competitivos en cualquier esfera y con total eficacia”.
La tecnología jurídica otorga la posibilidad de trasladar el trabajo más tedioso a las máquinas, de modo que los operadores jurídicos puedan centrarse en las partes más analíticas, creativas y estratégicas de su trabajo. El resultado será una mayor satisfacción del cliente —un cliente que, por cierto, suele estar más familiarizado con los procesos digitales que con los analógicos—.
Por tanto, el impacto de la transformación digital en las profesiones jurídicas no debe ser visto como una batalla entre máquinas y personas, sino como un facilitador que ayudará a los profesionales. El Legal Tech transformará por completo la configuración tradicional del sector en pocos años. Es el momento de tomar ventaja.
Fuente: Diariojuridico.com